Como es posible que ya sepáis, el mes de noviembre no es
solo el mes en el que empieza el frío, las lluvias y los exámenes, también es
el mes del NaNoWriMo, el mes en el que hay que escribir 50.000 palabras antes
de llegar al último día (si no sabes lo que es NaNoWriMo aquí te lo explico un
poco). Ya han pasado ocho días desde que terminó, pero me gustaría contaros mi
experiencia de este año. Ha sido muy importante para mí porque por primera vez no he dejado una historia a
medias y he conseguido escribir hasta el final, y por eso quería compartir mi
experiencia.
Empecé noviembre muy emocionada porque la historia que iba a
escribir me estaba rondado por la cabeza desde hacía mucho tiempo y quería
llevarla al papel. Por eso en cuanto me
levanté la mañana del 1 lo primero que hice después de repasar los videos de la
noche anterior para comprobar que realmente había ido a un concierto de Imagine
dragons y no había sido un sueño (lo
siento, tenía que ponerlo porque aunque hayan pasado dos meses me sigue
pareciendo que fue un sueño) fue encender el ordenador y ponerme a escribir.
Los primeros capítulos me resultaron algo difíciles puesto que todavía no
estaba segura de si los narradores iban a ser tres o simplemente una y me
parecieron más lentos y aburridos que lo que en mi mente habían sido, pero en
seguida la historia empezó a cobrar vida ella sola y los personajes me pedían a
gritos contar ellos mismos lo que les sucedía. Esa semana solo me quedé atrás un
día pero al siguiente pude recuperarlo y escribir todas las palabras de esa
semana.
La segunda semana fue un poco más estresante. Los exámenes empezaron
y casi no daba abasto para estudiar y escribir, pero intentaba sacar tiempo de
donde fuese, incluso en clase, en las primeras horas, sobre todo, no dejaba de
darle vueltas a la escena que había escrito el día anterior, a la que iba a
escribir ese día o incluso a algunas que siguen apuntadas en la agenda o en los
márgenes de los libros pero que no se llegaron a incluir. Por suerte ese fin de
semana pude seguir adelante con todo y llegar a las 25.759 palabras, donde
empezaba la parte interesante del asunto.
Por alguna extraña razón los profesores nos dejaron una
semana sin exámenes, probablemente para preparar todos los trabajos de la
siguiente pero me parece extraño que fuesen tan considerados, entre que acababa
los textos de filosofía para empezar un trabajo que tenía que entregar el lunes
siguiente y adelantaba trabajo, escribía y escribía todo lo posible para que la
semana siguiente apenas me quedasen los últimos capítulos, escribiendo todos
los momentos importantes para el desarrollo de los personajes y cada vez más
cerca del momento que más miedo me daba, el momento en el que todo lo que
parece ir bien se tuerce. Llevaba preparando esas páginas casi desde el principio,
desde que vi por donde tenía que ir, pero aún así no fue suficiente, es cierto
que llegué, pero no avancé. Ese sábado, en el que se supone que iba a escribir
el baile (que es el famoso momento en el que todo se tuerce), apenas escribí,
me di cuenta que no había terminado el trabajo de filosofía así que por la
mañana no pude avanzar, por la tarde tampoco pude porque había un evento
demasiado importante, el maratón de Sinsajo, ver las dos películas seguidas, antes
del estreno oficial de la segunda, por lo que por la tarde tampoco escribí ni pensé
apenas en la historia y no fue hasta por la noche cuando tuve tiempo para
escribir, sí, escribí la escena del baile pero no solo la cosa se torció para los
personajes, también para mí. De alguna manera todo lo que tenía pensado se
cambió, en el Word había escritas unas palabras distintas a las que yo había
pensado poner, una palabras que cambiaban todo, pero no las borré y seguí a
delante porque en verdad era mejor que lo que había pensado, pero no salió bien
la cosa y esa semana no pude llegar a las palabras necesarias. Ese fue el
inicio del terror.
Llegó la cuarta y última semana, la de los trabajos y
exámenes. Apenas tuve tiempo para escribir durante toda la semana y cuando lo
hacía tenía que pararme a pensar lo que iba a pasar porque ya no era lo mismo
que antes, ningún día llegué a las 1.600 palabras y ya me daba por vencida,
pensaba que no iba a poder acabar a tiempo, pero aun así seguí con la idea de
terminar en diciembre o en enero, de no dejar la historia a medias aunque en
algún momento me tentó mucho. Así día tras día iba escribiendo un par de hojas en
ese tiempo de descanso entre la comida y la tortura de estudios y deberes. Hasta
que llegó el sábado, sabía que no iba a acabar, solo faltaban tres días para
que terminase noviembre y a mí me quedaban más de 10.000 palabras y otra semana
de exámenes, pero no me importó, no iba a dejar la historia a medias como las
otras, esta iba a acabarla y sin quererlo, cuando ese día dejé de escribir me
di cuenta, al actualizar las palabras en la web, que había hecho 5.000 palabras
y que ya no me quedaban más que unos pocos capítulos, no puedo describir con
palabras lo que me emocioné al verlo, la felicidad que me dio cuando vi que no
solo iba a acabar mi primera historia si no que también tenía una posibilidad de
acabarla a tiempo, aunque fuese muy pequeña, y otra vez, como si el tiempo se
hubiese detenido mientras escribía, el domingo me dio tiempo a escribir la
misma cantidad de palabras y llegar así a la meta del día tras haber estado 10 días
tan lejos de ella, cuando solo me quedaba el último capítulo y el epílogo,
cuando podía terminar a tiempo. Y el lunes terminé tanto mi primera historia como
el NaNoWriMo.
Como ya habréis notado este ha sido un mes muy importante
para mí a la vez que agobiante, no solo he conseguido escribir 50.000 palabras
en un mes, si no que he conseguido dar un paso más y ver mi sueño algo más
cerca, algo más posible. NaNoWriMo es una iniciativa que me ha servido de gran ayuda
y a la que pienso volver a apuntarme el año que viene, porque no hay palabras
suficientes para describirlo, esto solo ha sido un resumen de lo que me pasado
durante este mes pero en realidad ha sido mucho más intenso, más desesperante y
a la vez mucho más maravilloso, por esto quiero animar a todos aquellos que no
se lo habían planteado o a los que no estaban seguros, participad. Si queréis
escribir participad. No importa que nunca consigáis terminar nada, quien sabe
quizá así lo hagáis, no importa que no se celebre ningún evento en tu ciudad o que
seas la única persona que conoces que lo haga, de todas formas es divertido y
hay mucha gente a través de foros y redes sociales comentándolo, no importa sea
cuál sea la escusa, es una iniciativa muy útil y habrá una respuesta a cada
escusa. Obviamente esto no es una obligación, es solo un consejo y una opinión
porque sé que puede que sea una ayuda o simplemente un pasatiempo que le dé un
toque distinto al mes.
Muchas felicidades a todos aquellos que lo habéis conseguido
y también a aquellos que no, porque lo habéis intentado y eso es lo importante,
puede que este año no haya sido el vuestro, pero seguro que el que viene lo
conseguís.
¿Habéis participado? ¿Cómo os ha ido?